Metodología

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El deterioro de una vidriera tiene una huella cultural muy variada.

Por un lado las vidrieras históricas siguen funcionando en muchos casos como cerramientos, con lo que su deterioro implica el deterioro de otros elementos de la arquitectura.

Por otro lado la destrucción en su totalidad o en parte de una vidriera supone la pérdida de una obra pictórica, con un fuerte impacto estético para el interior del edificio y una alteración para la liturgia.

Además las vidrieras históricas constituyen un documento arqueológico muy profundo, reflejo de la sociedad que las generó, su cultura, su industria y su historia.

Está claro entonces la importancia de conservar un bien cultural tan complejo y de aprovechar la restauración para realizar estudios multidisciplinares que den luz a conocimientos diversos.

En Vetraria actuamos principalmente como conservadores de estos bienes, sometiendo todos nuestros procedimientos al objetivo principal de mantener en el mejor estado posible todos los elementos materiales originales que constituyen la obra.

Incluso en actuaciones como la reintegración de lagunas tenemos un estricto protocolo deontológico que nos obliga a realizar estas labores, dejándolas en un segundo plano, correctamente identificadas y perfectamente justificadas en favor de una mejor comprensión de la obra.

Lo que no impide que la integración de nuevos calibres se realice con el mayor rigor plástico y una gran calidad estética.