Proceso de restauración

proceso de restauracion

El proceso de restauración de una vidriera tiene dos aspectos bien diferenciados.

En primer lugar todos los procesos destinados a la conservación de las partes originales de la obra y en segundo lugar los trabajos realizados para mejorar la comprensión de la misma a través de la creación de calibres destinados a la reintegración de las partes perdidas.

Las labores de restauración comienzan con un exhaustivo estudio histórico de la obra y el análisis de los materiales para determinar las patologías y proponer los procedimientos de restauración y limpieza más convenientes.

Generalmente las obras se desmontan y se trasladan al estudio para su tratamiento.

Allí se determinan los trabajos que requiere la pieza para consolidar su estado y realizar la limpieza de su superficie.

Se realizan fotografías de gran definición del conjunto y en detalle y se realizan registros del estado de los vidrios y los tinglados.

En ocasiones se desmontan los tinglados de plomo debido a su estado de deterioro, aunque siempre se procura su conservación.

El proceso de limpieza de los calibres depende de las patologías detectadas, de la composición del vidrio y de la estabilidad de la capa pictórica, pudiendo emplearse desde limpiezas en seco con bisturí o elementos no abrasivos, hasta limpiezas en medio húmedo con agua destilada y desionizada, en ocasiones con disoluciones de acetona u otros disolventes.

Las fracturas de calibres se tratan de forma individualizada, atendiendo a la naturaleza de la fractura y su estado de conservación.

Unas veces se propondrá pegar las roturas con adhesivos de distintas naturalezas como resinas epoxídicas o hidroxietilmetacrilato con curado UVA, y en otras se optará por emplomar la fractura con plomos de pequeño calibre o cintas de cobre.

El reemplomado de los paneles se realiza con plomo de primera fusión fabricado en nuestras instalaciones y soldado con estaño del 50%.

Las reintegraciones de partes perdidas requieren un tratamiento muy especializado ya que para una vidriera, la pérdida de una parte de su superficie supone en todos los casos un problema para la compresión de la obra.

Por tanto se debe intervenir completando dichas partes evitando inventar soluciones que no son propias de la obra original.

Para ello se ha de disponer de una extensa documentación histórica e iconográfica que asegure la fidelidad de lo recreado o, si no es posible acceder a esta documentación, crear espacios neutros que den continuidad a las partes originales.

Finalmente se modifican los sistemas de montaje utilizando cuantos elementos originales sean posibles, para elaborar un sistema de cámara isotérmica que proteja a la obra de las inclemencias del tiempo y las condensaciones procurando que este nuevo montaje tenga la menor incidencia posible en la arquitectura del edificio.